jueves, 9 de febrero de 2012

SOBREVIVE TUS 8 HORAS (O MÁS) DE OFICINA



Antes de que tu columna grite pidiendo auxilio o que tu peso te pase la factura por tantas horas de sedentarismo, sigue estos consejos a lo largo de la jornada.

 LOS BÁSICOS

Sea cual sea tu trabajo, miles de chicas pasan 70% de su día frente a su computadora o amarradas de una horrible silla al escritorio y, por terrible que se escuche, la oficina es su primer hogar. Pero vivir en el trabajo no es pretexto para descuidar su salud y belleza, por eso, y aunque sea inevitable estar sentadas, puedes realizar ejercicios muy básicos como los que la entrenadora personal Paige Waehner recomienda: “ Fija una alarma cada hora para recordarte que debes pararte  y caminar un poco. Incluso si sólo lo haces para balancear los brazos o tomar un respiro profundo”.

Y si tu jefe no deja de presionarte y no logras despegarte ni tres segundos del escritorio, entonces crea tus propios pretextos para moverte. Paige recomienda “olvidar” tu almuerzo o algún objeto en tu auto para que salgas de la oficina al menos unos diez minutos.

Se respetuosa con tu cuerpo, él te lo agradecerá haciéndote lucir hermosa y saludable. Por ejemplo, no te excuses diciendo que no hay tiempo ni espacio, un gran hábito puede ser el simple hecho de tomar las escaleras cada que vas a visitar a alguien de otro piso de tu edificio. ¿Y si no hay más pisos? Pues fácil: en lugar de enviarle un mail  a la chica del cubículo del fondo, párate un par de veces y pregúntale en persona en vez de utilizar el correo.

FITNESS EJECUTIVO

 Si eres de las pocas dichosas que gozan de más minutos libres en horas laborales. Planea una rutina de ejercicios con tu propia silla, como la que la especialista en salud Kathy Diamond recomienda: “Párate  frente a tu silla y sube el pie izquierdo de manera que la pierna quede a 90 grados. Alza tu brazo derecho, flexiona tu tronco hacia la izquierda y estírate tanto como puedas. Mantén esa posición por 30 segundos y repite del otro lado”.

No te condenes a convertirte en un Jorobado de Notre Dame, dale a tu columna un estiramiento para que no adopte la horrible postura cotidiana y prueba hacer movimientos circulares con los brazos como si estuvieras nadando, haz una serie de diez hacia adelante y otra hacia atrás, de esta forma liberarás tensión que se ha concentrado desde los hombros.

Y porque nuestros glúteos merecen un trato súper especial, antes de que se acostumbren a permanecer casi aplastados, libera la tensión de tu retaguardia: no te pongas excusas, es más, cada vez que cambies la pantalla de tu computadora para entrar a Facebook a escondidas del jefe, contrae los músculos de los glúteos por cinco segundos y suelta, haz esta rutina de cuatro a seis veces, y verás cómo hasta tus compañeros de oficina notarán la diferencia.

CON INICIATIVA

Como todo en la vida, la solución a la supervivencia en el mundo laboral está en ti. Aunque se suele poner excusas para poner en movimientos tu cuerpo, cuando te veas frente al espejo más relajada y bella sabrás que valió la pena: “Querer es poder”, a una amiga su jefe le dijo, quien aun con todo y su carga de trabajo, sacrificaba su hora de comida para ir al gimnasio que estaba en la esquina y llevaba su propia comida casera. ¡Así que, manos a la obra!.

EL LUNCH

Tu madre te lo enseñó desde que estabas en la primaria y muy amorosamente se preocupaba por mandarte a la escuela con un saludable lunch en la mochila. Retoma el hábito y prepárate tus propios almuerzos, así evitarás correr a comprar comida chatarra de la máquina. Puedes llevar tus propios snacks saludables, , desde fruta en trozos hasta queso en tiras o frutos secos. Ojo, esto es sólo para los almuerzos, es importante que lleves un platillo más completo para la hora de la comida, o bien matar dos pájaros de un tiro, y en un descanso dar una vuelta a la manzana donde trabajas y conocer nuevos lugares donde puedas comer algo saludable y nutritivo.

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